En 1.542 existían siete ferrerías que se hallaban dentro de los muros. Estas se surtían de carbón de los montes francos de la villa y de la vena de hierro en Aramayona, en la peña de Udala y en las veneras de Amiurdin, Ostoro y Aranminatzeta de este termino municipal.
En los talleres de estas ferrerías se construyeron los relojes de torre de la villa, de Eskoriatza y de la vecina anteiglesia de Zarimutz. Siendo esta última, la única existente en la actualidad.
De la relevancia de esta industria e importancia que tuvo para esta villa, basta decir, que "de ellos salió todo el fierro que su majestad hubo menester en la obra de San Lorenzo el real del escorial" en el siglo XVI.
La única muestra visible de esta actividad, la podemos encontrar en las puertas de hierro de la entrada del pórtico de la iglesia de San Millan.